domingo, 8 de febrero de 2009

El Estado francés

Ordenando papeles encuentro unas hojas sueltas del Diario de Mallorca de 18 de diciembre de 2009, suplemento Universitat, y veo que las guardé porque contienen una perla que no debe perderse.
En una de las secciones fijas del suplemento preguntan a algunos estudiantes sobre un libro, un disco y una película. Respecto al libro contesta una estudiante francesa -quizás debería yo escribir aquí: "procedente del Estado francés"- de segundo de Filología Hispánica, que afirma estar leyendo "Kafka a la platja", de Haruki Murakami:

És una història original molt interessant que té un rerefons filosòfic, fantàstic i molt poétic. El director de la meva biblioteca me'l va recomanar perquè sap que m'agraden el llibres d'aquesta mena. El trob molt interessant i per això l'he dut de l'Estat francès a Mallorca, per passar més entretinguda la meva estada a l'illa...

El Estado francés. ¿Es imaginable que una francesa diga "he traído este libro del Estado francés" en lugar de decir "he traído este libro de Francia"? Quizás en sus clases de filología hispánica le hayan enseñado que hoy en día en España no es correcto decir "España", sino "Estado español", y ella lo ha trasladado a Francia a la que, siempre que hable en español, se referirá como "Estado francés". Naturalmente, cuando hable en otros idiomas seguirá hablando de Francia. Quizás cuando hable de España en francés prescindirá de la expresión, ridícula, "Estado español" y hablará de "l'Espagne". Lo mismo en inglés: probablemente dirá "Spain" y no "the Spanish State".

Creo que la explicación, sin embargo, no está en la estudiante. Me parece más probable que el periodista, al día en corrección política -en corrección política ratonera- haya corregido a la estudiante porque él sí sabe que no se debe usar la palabra "España", y, consecuentemente, tampoco la palabra "Francia". ¿Habrá sido un exceso de celo pasajero o debería volver a estudiar?. Quizás mejor darse un paseo por el mundo para aprender que según qué ridiculeces son de consumo exclusivamente español. Aunque si fuera a Francia o a Inglaterra ¿qué diría: "l'État espagnol", "the Spanish State"? ¿Se le escaparía en algún momento l'Espagne, Spain? Espero que no, porque supongo que debe ser terrible ser pillado en algo así.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ideas para la economía

Portada del Financial Times hoy: “La Unión Europea emite una advertencia sobre el plan Compre América. Amenaza de acción legal frente a esa medida del plan de estímulo”. Evidentemente, es una medida anticompetitiva, proteccionista. Sebastián –recordemos, es un ministro del Gobierno de España-, planteaba hace pocos días la conveniencia de comprar productos españoles para ayudar a salir de la crisis.
El mismo Sebastián advierte: “Al Gobierno se le está acabando la paciencia con la banca”. A la falta de ideas añade un estilo de matón. ¿Cómo puede estar cayendo tan bajo un tipo como Sebastián que, en mi opinión, tenía un respeto bastante general como profesional?
El presidente de una comunidad autónoma –Fernández Vara, Extremadura-, una figura no precisamente irrelevante dada la organización política de España, habla de nacionalizar bancos para resolver el problema de falta de liquidez de la economía. Es decir, para solucionar una crisis que ha sido causada, entre otras cosas, por exceso de crédito, démosle la gestión de la concesión del crédito al gobierno que ha hecho una política económica absolutamente irresponsable durante estos años y que no hace más que esconderse detrás de “la crisis financiera internacional causada por los Estados Unidos”.
Y Zapatero, en su estilo de no tener ninguna responsabilidad más que ser bueno y progresista les dice a los bancos “que no es hora de grandes beneficios, sino de apoyar el crédito y la financiación de las empresas y de las familias”, como si fuera contradictorio tener beneficios y conceder créditos: ¿no es eso, al fin y al cabo, lo que hacen los bancos para ganar dinero?
No creamos, sin embargo, que Zapatero la ha tomado con los bancos. Zapatero tiene otro responsable de solucionar la crisis: la gente, que debe ser optimista y consumir, porque él ya hace todo lo que puede con su sonrisa permanente y sus previsiones siempre positivas, siempre.
Y ya está. Variedad de estilos pero la misma falta de ideas. ¿Dónde acabará el país?